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martes, 8 de enero de 2013

Plasticidad y contagio emocional


     Uno de los procesos más interesantes que se desarrollan en nuestro sistema nervioso es el conocido como Plasticidad Cerebral consistente básicamente en los cambios funcionales y estructurales que se producen y que se hacen patentes en la cantidad de contactos sinápticos y nuevos circuitos de neuronas como consecuencia de la propia evolución, experiencia o cuando se produce algún daño en el propio sistema. Estas adaptaciones se van produciendo a lo largo de nuestra vida, nuestro cerebro está en un permanente proceso de transformación y es esa capacidad de cambiar a las demandas contextuales lo que denominamos Plasticidad (Vindas 2010). De tal manera que cuando se produce una lesión en algúárea cerebral las neuronas adyacentes son capaces de adaptarse y realizar las funciones que anteriormente realizaba el área dañada. Eso es un principio de la rehabilitación en lesiones del sistema nervioso pero también para el propio desarrollo y evolución a través de la experiencia del propio sistema. La estimulación, el entrenamiento y la activación son fuentes de transformación, desarrollo y evolución.

     ¿Somos adaptativos, o mejor, es el cerebro adaptativo emocionalmente? Las emociones tienen un correlato psicológico, otro mental y otro investigado no hace demasiado tiempo que es el fisiológico. En este nivel es la amígdala cerebral, área del tamaño de una pequeña almendra, la responsable del estado de vigilancia y atención ante una situación de miedo, susto…la amígdala activada toma el control de otras zonas del cerebro para que la atención se dirija fundamentalmente hacia lo que nos ha provocado el sobresalto. Es un sistema de alerta. Busca señales que o bien nos haga responder en situación de peligro, nos confirma el peligro, o bien encuentra señales que indican una falsa alarma. Son señales no verbales pero que producen en nosotros una respuesta emocional espejo con la recibida (Boyatzis 2005).

     Cuando recibimos señales que evocan sentimientos y emociones nuestro cerebro tiende a reproducirlas, imitarlas, es lo que se llama contagio emocional ¿Supone todo esto que nuestras emociones son solo producto de contagios que fisiológicamente produce un área de nuestro cerebro? No, las emociones se contagian, pero las emociones se producen, y hablamos a nivel mental en este caso. Existen dos canales o circuitos a través de los cuales sostenemos nuestras emociones: El canal o circuito inferior o inconsciente, el cual procesa la información de manera subliminal y no controlable por el otro canal, el superior o consciente. El circuito inferior nos impele a la acción en el mismo sentido en el que la percibe, esto puede ser reaccionando ante esa emoción como en las situaciones de miedo, o sonreír aliviados cuando las señales nos conducen a otras sonrisas en lo que fue una falsa alarma.

     El canal inferior concluye que las emociones se transmiten de manera sutil entre las personas, para entendernos, de manera prácticamente inconsciente o involuntaria mientras que el canal superior esta ligado a los Centros Ejecutivos del Cerebro y lo que hace es interpretar, explicar emociones, conductas… Cuando entre dos personas existe lo que se suele llamar “química” y no está basada en el contacto intenso e histórico (hermanos, amigos “de toda la vida”…) esta química se refiere normalmente a cuando intelectualizamos la sincronía emocional que tenemos con esa otra persona. Sincronía a la cual Goleman (2006) describe como una coreografía perfectamente ejecutada. Ese intercambio emocional intelectualizado es lo que llamamos química. La falta de sincronía, la falta de contagio emocional elimina esa sensación. Pero incluso cuando la hacemos consciente y por los motivos que sean se provoca el desajuste, no podemos evitar que el canal inferior siga funcionando aunque uno de los sujetos haya cortado la “coreografía” de manera consciente. En ese momento se produce una paradoja entre ambos canales y provocan situaciones de perplejidad por las contradicciones en las conductas, pensamientos y sentimientos.

     Como veis estas son cuestiones que son de aplicación en las relaciones interpersonales, relaciones de pareja, relaciones de amistad… pero sin duda también las podemos situar en otros campos a los cuales hemos visitados en algunos post como pueden ser el liderazgo, la gestión de equipos, la comunicación eficaz… En definitiva como resumen del resumen podemos decir que las emociones se contagian y que las emociones pueden ser paradójicas en función de si mantenemos sincronía externa con nuestros interlocutores y con coherencia interna entre lo conciente y lo subliminal.

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