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lunes, 19 de marzo de 2012

La Reforma Laboral: un ajuste...de cuentas

¿A alguien le ha sorprendido que el gobierno de la nación haya decretado la Reforma del mercado laboral en los términos en los que lo ha hecho? 

Si tomamos el año 1977 como el que inició nuestra andadura democrática (se celebraron las primeras elecciones generales después de la dictadura de Franco) y analizamos el comportamiento político y la gestión realizada por los distintos gobiernos desde ese año hasta ahora mismo podremos aseverar que efectivmamente lo (único) que ha hecho el gobierno del Partido Popular con esta Reforma es, ni mas ni menos, aplicar la exigencia ideologica de la derecha española..

Las elecciones generales del 77 y del 79 consagraron la victoria del centro derecha en España, la personalidad de Suarez fundamentalmente y porqué no decirlo, su capacidad desde su nombramiento como Presidente del Gobierno para desmontar el régimen que había salido de la infausta guerra civil. Hasta ese momento Suarez era juntamente con el Rey, la personalidad más rutilante de la llamada transición, todo eso le valió dos victorias electorales con la coalición de partidos y sensibilidades que suponía UCD. 

¿Hizo UCD políticas genuinas de la derecha en materia laboral? Rotundamente no. La urgencia de este país y logicamente de su gobierno era la construcción de un estado democrático, la elaboración de una constitución que integrara a la mayor cantidad posible de ciudadanos, luchar contra una crisis económica (durísima crisis donde la inflación estaba disparada y el desempleo se combinaba con una baja tasa de ocupación), en definitiva demasiada tarea como para enfocar la acción política en la aspiración de la derecha. No en vano, la misma derecha fué el peor enemigo de esos gobiernos, no perdonaban que precisamente fueran "los propios" los que más allá de hacer políticas genuinas de la derecha, se dedicaban a hacer una constitución que universalizaba derechos como el de huelga, el de participación política, legalizaba partidos (mítica semana santa del 77 con la legalización del PCE) y con el consenso de la mayor parte del país (Gobierno, partidos, sindicatos, empresarios...) se aprueba la llamada constitución de los trabajadores: El Estatuto de los Trabajadores, la norma fundamental que desde un punto de vista objetivo ha sido fundamental para el desarrollo social, económico y político de España, la norma que buscó y consiguió que las relaciones laborales fueran equilibradas entre trabajadores y empresarios con la idea de que ningun colectivo tuviera prevalencia sobre el otro. Fué la norma que armó, sin duda, una de los contenidos más importantes de nuestra democracia.

Este estatuto fué (leanse hemeroteca de la época) duramente criticado por la derecha política y económica del pais, de la derecha más extrema, y es curioso leer hoy cuales eran algunos de los puntos donde el bunquer derechista fijaban sus posiciones son eslarecedores: despido libre con baja indemnización, ausencia de la administracion en los despidos colectivos, desprecio de la negociación colectiva, prevalencia del empresario ante cualquier situación de conflicto con los trabajadores a cargo...¿les suena? Efectivamente no fueron los gobiernos de la UCD los que hicieran políticas de derechas ideologicamente hablando, más la contrario, entendieron que también en un momento de dura crisis era fuendamental apuntalar derechos de los trabajadores.

Todos hemos considerado a los gobiernos de Aznar como los gobiernos fenotípicos de la derecha ideológica más auténtica, y por lo tanto en materia laboral harían una política restrictiva en derechos de los trabajadores. Eso tendría que haber sido así...pero no lo fué, cuando menos en un principio: Su primera vicotia en el año 1996 fué una vicotia muy ajustada, tanto que yo también considero que con una semana más de campaña, Felipe Gonzalez hubiera vuelto a tener mayoría para gobernar. Esa "dulce derrota o amarga victoria" (me pareció un error entonces esos calificativos) provocó un gobierno en minoría con necesidad de pactos con las minorías nacionalistas, fundamentalmente la catalanista de CIU, un gobierno matizado por no tener el respaldo absoluto cuando se quiere gobernar absolutamente. Por una parte mientras el discurso duro de Aznar hablaba de segunda transcion (evidentemente la transición no gustaba a la derecha (ni la constitución a pesar de que esten todo el dia hablando de ella, la realidad es que sus políticas suponen una enmienda a la totalidad de nuestra constitución), la realidad es que se busco, y se consiguió, determinados acuerdos con las centrales sindicales que más allá de alterar el status quo de las relaciones laborales, las afianzó.


Todo cambió en la segunda legislatura, la mayoría absoluto del PP les envalentonó y en el año 2002 se atrevieron con lo que se llamó el decretazo. Ahí si enseñaron la patita de la derecha: eliminación de salarios de tramitación y eliminación de algunos derechos de los parados fueron aldabonazos en la conciencia de los trabajadores los cuales convocaron huelga general, huelga que fué un éxito en todos sus términos pues consiguieron que el gobierno diese marcha atras y no solo cesaron al Ministro Aparicio sino que en las sucesivas tramitaciones se eliminaron todas las referencias más lesivas del decreto ley. Por cierto en el año 2007 el Tribunal Constitucional anulo definitivamente el decretazo al considerar que el gobierno de Aznar sobrepasó los límites jurídicos y no justificar debidamente la adopción de las medidas.

Estamos en el año 2012, la derecha acaba de ganar las elecciones municipales, autonómicas y generales de manera contundente. La crisis económica parece no tener fin y a la cifra de 5 millones de parados se le suma una sensación de depresión ciudadana muy alta donde los recortes, ajustes, austeridad, prima de riesgo, déficit, deuda... actúan como catalizadores de una realidad muy difícil para todos. 

El PP gobernando de manera absoluta casi todo el país (veremos en las elecciones autonómicas de Andalucía y Asturias) y una situación económica que asusta...el caldo de cultivo suficiente para de una vez por todas hacer la derecha en materia laboral la política que siempre habían querido pero que las circunstancias no dejaron implementar. A partir de ahí y con un discurso bien comunicado ha comenzado el ajuste de cuentas con todo aquello que no les ha gustado en los 35 años de historia democratica de este pais: los sindicatos, los partidos de izquierda, las políticas de igualdad...no solo es una reforma de las relaciones laborales con un derogamiento implicito del Estatuto de los Trabajadores, es también una reforma política donde se deja en la irrelevancia a los sindicatos y a los sindicalistas (la moderacion y prudencia de este colectivo ha sido decisiva en el desarrollo de España), se dispone por encima de todo que la cúpula empresarial es la que ostenta el poder sobre la economía y las personas, se pasa de unas relaciones ciudadanas basadas en la igualdad a otras donde hay ciudadanos con derechos y ciudadanos sin derechos.

Esta Reforma es un ajuste de cuentas, una venganza de los sectores mas retrógrados del pais, es el mayor atentado contra la ciudadanía que construyó el estado democrático y de derecho, establece un desequilibrio de origen entre empresarios y trabajadores y pontifica sobre elementos de dudosa (yo diría que claramente) constitucionalidad. Se agravian a los trabajadores (un alto dirigente de la patronal CEOE decía hace pocos días que los parados hacían fraude en el paro por valor de unos 3.000 millones de Euros al año y que eso no podía ser, que había que impedir ese fraude. Sin embargo ese dirigente no dijo que el fraude total de las empresas españolas con el estado es de 75.000 millones de Euros al año, una cifra que le debería de dar verguenza como para no hablar de los parados en el tono que lo hizo. Solo con que esos 75.000 millones no se defraudaran esta crisis sería algo así como la sienten los alemanes, nada)


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