GEOGRAFÍAS HUMANAS

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martes, 21 de febrero de 2012

LOS ENEMIGOS DEL ESTADO (o del PP)

Según el responsable de la policía de Valencia los niños y niñas de secundaria son los nuevos enemigos del Estado. Ya me imaginaba yo que una vez que ETA no es lo que era, que los musulmanes están controlados y que el Comunismo no es una amenaza para nadie, ya me temía que el Gobierno del PP tenía que buscar algunos enemigos que nos pusieran prietas la filas y nos reivindicaran como unidad de destino. Y se han buscado varios enemigos, por ejemplo los sindicatos y los sindicalistas, pero sobretodo como enemigo temible al que sin remedio hay que reducir con toda la contundencia posible a través de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es a toda esa camada de terroristas, desestabilizadores de nuestra sacrosanta democracia: niños y niñas de secundaria, jóvenes universitarios...gente de la peor ralea a la que solo los más expertos efectivos en la lucha contra la insurgencia son capaces de reducir.

Esto de arriba seria hasta gracioso si no fuera porque se ha convertido en cierta realidad en las mentes de nuestros nuevos gobernantes. Escuchar al Jefe de la policía hablar de los niños de Valencia como de enemigos es absolutamente repugnante. Escuchar al Ministro de Justicia, el sobrevalorado Gallardón, decir que la policía fue violentamente agredida. Escuchar al inefable Rajoy decir que esto no es bueno para la imagen del País. Escuchar a la Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana decir que estudiaran si ha habido algún error....escuchar tanto despropósito es absolutamente increíble.

Afortunadamente este bendito medio que es Internet ha permitido conocer perfectamente como sucedió todo impidiendo con ello que saliera adelante la estrategia de ocultación del Gobierno como apunta claramente en el comunicado realizado por los trabajadores de la televisión autonómica denunciando censura oficial a las imágenes.

Y todo esto como consecuencia de un rápido cambio producido en la escala de valores de un Gobierno sobre lo que es tolerable y lo que no. Se reducen derechos, se hace una interpretación de la Constitución caprichosa y, paradójico, poco constitucional, se recortan presupuestos en las áreas que nos igualan a unos y otros, se aprueba una Reforma del mercado laboral que permite prácticamente cualquier práctica patronal por muy espúrea que esta sea...y todo esto con la justificación de que estamos muy mal, y que para estar muy bien sencillamente, otra paradoja, hay que pasarlo peor. Sobretodo si los que lo pasan mal son la renovada famélica legión de antaño.

Este ajuste de cuentas, que de eso parece que se trata, pone en cuestión todos los avances democráticos que en los últimos 35 años han hecho de este país que venía del gris franquista a ser reconocido como democráticamente muy avanzado. Este ajuste de cuentas pretende, sin más, vengarse de todos aquellos que en estas últimas décadas vieron atendidas sus pretensiones y demandas: Trabajadores, estudiantes, mujeres, discapacitados...y todo se hace invocando a la pureza de sus pretensiones, ¿democráticas?.

Ciertamente los ciudadanos, como diría Cospedal, han votado hace tres meses masivamente al Partido Popular, ciertamente, pero eso le da legitimidad de entrada, es decir legitimidad para formar gobierno, para gobernar, la legitimidad no se les dio para entre otras cosas mentir a los ciudadanos haciendo justamente lo contrario a lo que alegremente decían en los días de campaña, y no digo en los mítines, cosa casi justificable, sino en la tribuna del Congreso de Diputados, en entrevistas, en documentos,...para eso no tienen legitimidad. Y el colmo es la actuación de apalear a estos jóvenes cuyo único delito (porque hasta eso se va a convertir en delito) es ser rebelde ante una política que no les conviene, que no les benéfica, la política educativa donde el objetivo final es que el gran negocio que puede suponer la educación no se vea entorpecido por niños y niñas, lo peor de cada casa.

Mal asunto para el Gobierno, estas cosas se pagan, posiblemente no a corto plazo, pero estoy seguro que esos jóvenes no olvidaran a los que les humillaron. Estos enemigos son nuestros queridos enemigos, nuestros hijos e hijas.

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